3/5/15

Querido sábado 31 de mayo de 2014 [21]

¿Y a ti quién te da el derecho de comercializar la muerte?
Creo que
generalmente
los pobres, los que no tienen nada,
son codiciosos.
Aún así, pueden bailar con la muerte
y amarse a sí mismos.
Pueden reír de sus propias desgracias
y dormir en paz.
Pueden crear
una pequeña alma
rica
en sabiduría.
Ni dios
o el inocente
de la aldea
se las quitará.

Desde hace tiempo,
la pintura
podrida
por su propia reflexión,
escribía:
“+Váyase fuera de los límites,
no corra,
no corra con sus propias fuerzas +al vacío,
no corra como el viento,
no se queme como el +diablo.
Sería mejor que ya paremos de morir”.

No hay comentarios.: