Me cuenta que en su sueño, estaba despierta y muy
lejos de aquí, sacándole lustre a las estrellas. Estaba entre el vacío y el
sinsentido, como siempre, comprometiéndose a tareas fuera de su alcance
humano. Tareas bellísimas y
dolorosamente eternas. Puliendo piedras preciosas entre galaxias y vórtices de
introspección.
Y ahora quiere que le ayude a interpretar sus
disparates. ¿Pero quién se ha creído, queriendo abrillantar lumbreras que por
siglos han iluminado los pasos del hombre? ¿Y cuándo cree que acabará?, si a mí
me ha costado tanto. Yo me la he pasado
en el intento desde que nací, pero aún no logro ni provocar el brillo en sus
ojos.
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